En cada país, lugar, pueblo o tribu hay ciertas tradiciones que siempre tienen que
ser respetadas aunque nos parezcan raras o macabras ya que probablemente a los
habitantes de otros lugares también les parezca extraña nuestra costumbre de
comer doce uvas con las campanadas de Año Nuevo. De la misma manera que los
inuits tienen la tradición de sacrificar a sus hijas pequeñas para no pasar
hambre, cientos de personas también han tenido o tienen la costumbre de
sacrificar personas o animales ya sea por su cultura o por su religión. Sin
embargo. Los humanos evolucionamos y nos damos cuenta de las cosas que tal vez
no hacemos como es debido. Por lo tanto, todas las costumbres tienen que ser
respetadas aunque no nos parezcan propias de un ser humano porque llegará un
día en el que esas costumbres nos ayuden y nos enseñen algo nuevo para mejorar
como personas.
Todas las culturas forman parte de la historia, por lo que
también forman parte de nosotros mismos ya que nuestros antecedentes pudieron
formar parte de cualquier cultura del mundo y realizar las costumbres que tuvieran
en su lugar de procedencia. Así que, tanto las tradiciones como las culturas tienen
que ser respetadas porque son historias y recuerdos para el resto de personas.
En resumen, los usos y costumbres reflejan la sociedad y las
personas de las que parten. No pudiendo
ser juzgadas por alguien ajeno a dicha sociedad, pues para entender esto
debería formar parte del grupo del que parten.